Salvador Dalí tuvo una infancia privilegiada. Según las memorias de su hermana, Ana María, en las que recrea el ambiente en que vivió el artista con recuerdos de su infancia y adolescencia, tanto el clima familiar como el de su ciudad natal favorecieron su desarrollo como pintor. En 1904, cuando Dalí nació, Figueres era una ciudad abierta, señorial y con inquietudes intelectuales. él era un niño tímido, cariñoso, inteligente, con sentido del humor y una imaginación desbordante, que sabía que con una rabieta conseguía siempre lo que quería. Fue un niño mimado. Su madre le adoraba y su padre, bien aconsejado en su momento, no dudó en apoyar su precoz vocación por la pintura, vocación que se manifestaba claramente en múltiples dibujos de brillante y precoz ejecución.