Leonardo nació en la pequeña aldea de Vinci, cerca de Florencia, y pasó los primeros años de su vida en el entorno rural. Fue hijo natural de una joven campesina y de un notario, que poco después contrajo matrimonio con otra mujer. Se ignora cuando empezó a pintar, pero el talento artístico de Leonardo se considera bastante precoz. Su padre lo llevó consigo cuando se trasladó a Florencia y lo colocó como aprendiz en el taller del escultor y pintor Andrea del Verrochio. En esa época Florencia era el centro artístico más importante de Italia una urbe bulliciosa y receptiva a todas las novedades. Leonardo entró en contacto con el arte del Renacimiento temprano en el taller de su maestro, así como en las calles y en las iglesias de la ciudad. Sus primeras obras constituyen una muestra de que el joven logró aventajar a su maestro en el arte de la pintura, incluso antes de concluir su aprendizaje.