El chocolate era una sustancia conocida y apreciada desde el 600 a.C, por las civilizaciones precolombinas. Parece que el cacao volvía loco a Montezuma: el emperador azteca tomaba todos los días una cantidad exagerada de tazas de chocolate. Entonces, el chocolate era una bebida amarga que se obtenía moliendo los granos de la planta del cacao con vainilla y otras especias. Claro que el antiguo chocolátl azteca ha recorrido un largo camino hasta convertirse en el producto que hoy conocemos, un verdadero icono del placer para todos los goloso, que embriaga la mente con una sensualidad que proporciona satisfacción y bienestar. No sin razón, el naturalista Linneo clasificó la planta del cacao con el nombre de Theobrama Cacao, que en griego significa «cacao, alimento de los dioses». En nuestros días, el grado de refinamiento que ha alcanzado el chocolate es tal que existe una amplia variedad de productos con cacao, adaptados a todos los paladares y a todos los niveles de exigencia. Esta devoción por el chocolate se remonta a la antigüedad, pues se atribuían a este producto virtudes vigorizantes y combativas del cansancio. Hoy sabemos que este efecto se debe a la presencia de teobromina en los granos de cacao, una sustancia que ejerce una acción estimulante sobre el sistema nervioso central. Es por ello que, para rendir el debido homenaje al chocolate, hemos recopilado en este libro citas irónicas y divertidas sobre el tema, frases y anécdotas que nos han provocado curiosidad y, por supuesto, más de sesenta recetas elaboradas con chocolate, para que os deleitéis con una sabrosa actividad cuyo resultado seguramente os encantará.
