Toda actividad particular conduce a determinadas conclusiones de carácter general. Esto significa que lo concreto y lo práctico es lo que hace avanzar el aprendizaje. Si llevamos esta idea al terreno de lo artístico, podremos decir que la práctica de un procedimiento antecede a toda teoría, ya que como verdaderamente se aprende a pintar es pintando. Éste es un libro concebido para que el lector pinte, es decir, para que aprenda y extraiga sus propias conclusiones.áLas enseñanzas contenidas en esta obra son esencialmente prácticas. Tras presentar los materiales propios de la pintura al óleo, se ofrecen al lector numerosos ejemplos de cómo llevar a cabo las distintas técnicas que engloba este prestigioso procedimiento. Podrían ser muchas menos o muchas más que las 101 posibilidades que aquí se repasan. Muchas menos porque, en esencia, bastan media docena de pinceles, unas telas y algunos colores para empezar a pintar e ir descubriendo a cada momento nuevas posibilidades.áPodrían también ser muchas más porque, como bien sabe todo pintor experimentado, cada tema, cada momento del día y cada objeto del mundo que nos rodea sugieren una nueva solución al viejo problema de cómo pintar un cuadro: cambia la luz, cambian los colores y cambian también nuestro estado de ánimo y nuestra disposición: el verdadero artista nunca deja de descubrir y de aprender. Las 101 propuestas aquí reunidas constituyen el más completo compendio de posibilidades técnicas, una vez se han cruzado los distintos factores temáticos y estilísticos con los recursos propios de la pintura al óleo. Así, cada ejercicio es el punto de encuentro entre un recurso técnico característico, un estilo particular y un tema concreto.áEl orden de las secciones es meramente funcional y responde a la necesidad de organizar las enseñanzas en un esquema acorde con la naturaleza de cada ejercicio. No es necesario seguir el orden propuesto y el lector puede perfectamente optar por otro, avanzando o retrocediendo a conveniencia.áCada ejercicio es una secuencia paso a paso que ocupa una o dos páginas. Su dificultad es independiente de su extensión. Este factor se indica por medio de una o dos estrellas. Una estrella significa que el ejercicio está al alcance del artista principiante; dos estrellas, que va dirigido a un pintor con algo más de experiencia. Pero el principiante hará muy bien en no eludir los ejercicios con dos estrellas porque de ellos puede aprender tanto o más que de los más sencillos: la regla de oro de todo aprendizaje es intentar siempre lo que está algo más allá de nuestras posibilidades. Y a buen seguro que el pintor que conoce bien el óleo se llevará más de una sorpresa descubriendo soluciones sencillas (´de una estrella´) a temas que podrían parecer complicados a primera vista.
