Los seres humanos podemos hacer muchas cosas, incluso hacernos mal. No en vano decimos tener capacidad de elección. En esto Agustín sigue haciendo su propuesta: el seguimiento de Cristo en la Iglesia, que no consiste en una filosofía, sino que se trata de un mensaje de salvación. Ambas, filosofía y religión, comparten la pretensión de dar razón global de la realidad. Los temas siguen siendo los de siempre: hombre, mundo, Dios, interioridad y trascendencia, libertad y libre albedrío, gracia y debilidad, misericordia y pecado, salvación y perdición. Lo que este ABC de San Agustín pretende es precisamente eso: ser apuntes de espiritualidad agustiniana. Una señal que nos muestra, abundando en palabras del mismo santo, algunas pautas para el camino...