Julia, la protagonista de esta historia, es una mujer sin brújula dispuesta a naufragar, a proseguir en su espera y su búsqueda, a renunciar a cualquier intento de encontrar las coordenadas a riesgo de equivocarse hasta las últimas consecuencias. Enamorada del que ella llama Minotauro, hace de su entrega y esperanza un canto de amor.áLos abismos de la piel es la crónica de una caída, un llanto a la vida y un elogio de la memoria ante su devastación; es el relato de un pudor desnudo, de una entrega sin reservas y una ilusión intacta a pesar de los reveses del azar o el infortunio. Por accidente, por destino, por impulso uno de tantos se ve obligada a volver a darle un sentido a todo: lo que escucha, lo que mira, lo que le sucede.áEsta novela, intensa en su brevedad, con una economía de medios que realza la palabra justa, la que dice y sugiere, exclama y susurra, desemboca en un canto, en un poema en prosa, en un grito desesperado: el alarido de la vida y del amor ante de las pérdidas fatales, ante los accidentes y vicisitudes que cambian el curso de una existencia en plena juventud, que hacen y deshacen un camino, una trayectoria, una ilusión, una experiencia vital.