El autor reúne dos facetas: es un poeta fascinado por el desierto y también es médico. La civilización actual, dominada por la especialización, tiende a separar los campos del conocimiento. Gaspar, sin embargo, no acepta esta parcelación y se lanza a descubrir las analogías, los encuentros, las alianzas entre ´territorios´ celosamente delimitados, y lo hace yendo más allá de las barreras y las rupturas de la realidad. Gaspar observa en la escritura el reflejo de los orígenes del mundo. Y su reflexión se convierte, poco a poco, en un poema.