El bronce es un metal mestizo, producto de la aleación de cobre y estaño. No es gratuito que Jorge Marín lo tome, lo trabaje como metal de nuestra raza, de nuestro país. ´Raza de bronce´, se nos llamaba antes. Arte de bronce e de Jorge Marín, no pierde esta connotación mexicana, por más que la supere. Al bronce Marín le da alas: alas de ángel. Sus ángeles de bronce no escapan a la tradición religiosa. Aparecen ángeles en todas las creencias. Hay ángeles judíos, cristianos e islámicos. Su número puede derivar de la astrología o de las monarquías orientales: ¿cuatro, siete o doce? Y su nombre, del griego que significa ´mensajero´. ´Compañeros del cielo´, el cristianismo nos habla de ángeles, arcángeles, serafines, querubines y más tarde, de tronos, virtudes, poderes, principados y dominios. En 2010 Jorge Marín reunió trece esculturas monumentales con el fin de acercarlas a la gente, exponiéndolas al tacto, a la vista, y al juego de los transeúntes en uno de los sitios emblemáticos de la ciudad de México: El Paseo de la Reforma.