Alejandro III, rey de Macedonia, fue sin duda el más grande estratega de la Antig?edad Nacido en 356 a.C., debió ocupar el trono desde muy joven, tras el asesinato de padre, Filipo II. Formado en lo intelectual nada menos que por Aristoteles, el joven demostró desde temprano arrojo y cualidades para la acción. Sus primeras medidas como rey fueron consolidar su poder sobre los pueblos sometidos a Macedonia, en una campaña rápida y contundente. Así impuso su hegemonía sobre todo el mundo griego, y ya en 336, cono sólo veintidós años de edad, desafío al poderoso Imperio Persa, al que venció de inicio en los célebres batallas, Grránico de Issos, que aún hoy se estudian en las academias militares de todo el mundo. Alejandro descolló por la organización y adiestramiento de sus tropas, así como por su talento para idear estrategias y responder con ingenio y creatividad en el mismo campo de batalla. Se basaba en gran parte en la famosa falange macedónica, innovación militar debida a su padre que él supo perfeccionar y llevar al éxito de Asia menor, Siria, Fenicia, Egipto y la Mesopotamia. Tras dominar toda el Asia central y el actual territorio de Afganistán, se lanzó a la conquista de la India. Creó obras de asombrosa ingeniería para sitiar cuidades, demostró una avanzada visión geopolítica para asimilar las culturas de los pueblos dominados, y al morir a los treinta y tres años de edad, era dueño de gran parte del mundo hasta entonces conocido. Los romanos lo admiraron y lo erigieron como el modelo del conquistador. Esta es la historia de uno de los más grandes genios de la guerra de todos los tiempos. Esta es la historia del divino Alejandro, el Magno, el aún no superado.
