La comunicación epistolar cruzada entre Alfonso Reyes y los intelectuales colombianos articula, difunde e ilustra la tarea de forjar memoria cultural y representa una parte significativa de la herencia del incesante trabajo humanístico hispanoamericano, procedente del linaje de Andrés Bello, José Martí, José Enrique Rodó, Rubén Dario y Pedro Henríquez Ureña, entre otros. En este sentido, la presente recopilación epistolar presenta un testimonio de remitentes y destinatarios que contribuye a reconfigurar la memoria de un proceso que buscó integrar, nunca uniformar, las letras dispersas de Hispanoamérica. Este proceso se caracteriza sobre todo por la profesionalización en el área que la mayoría de los autores practica dando inicio a una crítica literaria y cultural que busca autonomía.