Al final de uno de sus numerosos volúmenes, Michaux escribió: Lector, como suele ocurrir, tienes aquí un libro que el autor no hizoö. Es lo menos que podría decirse de esta selección, necesariamente arbitraria, extraída de muchos cientos de páginas que se organizaban en conjuntos ahora sólo intuibles a partir de los fragmentos escogidos.