Entre los humanos y los animales (y las cosas), ¿puede establecerse una relación fraterna y sentimental que supere cualquier expectativa? ¿Y puede este cariño -ya afincado- ser el fundamento de una vida longeva? ¿Y puede este afecto comunicarnos con Dios? (...una su madrina le obsequió una marranita en una caja de zapatos -la Llamó Apolonia.)