Mientras no pensamos en la muerte, vivir nos agobia, nos dice la poeta Norma Bazúa. Difícil es aprender el arte de la vida, y cuando por fin empezarnos a tener algunas conjeturas sobre la existencia, nos percatamos de que la muerte nos aguarda y rodea con cuatro paredes. Es en ese instante, en ese minúsculo vislumbre de las sombras, donde comenzarnos (aunque no se quiera) el aprendizaje del morir: a comprender la diaria despedida.