ARBOLES

ARBOLES

$ 150.00
Pesos mexicanos (MXN)
Sin Existencia, informes favor de llamar
Editorial:
DEL AZAR
Año de edición:
ISBN:
978-607-7788-70-6
Páginas:
102
$ 150.00
Pesos mexicanos (MXN)
Sin Existencia, informes favor de llamar

Hay una metáfora central con la que inicia y cierra esta novela, se trata del corazón, y las palabras que Amanda, la madre distante de la protagonista, dicta a la memoria de su hija para la configuración de la escritura: ´Tú también recuerda esto. Que una tarde de San Juan, o una tarde de viento, o una tarde cualquiera amarré el corazón al corazón de un árbol.´ Es un símbolo que encarna una maquinaria secreta, profunda y callada, cuya monotonía posibilita la continuidad de la vida. No la luz de la razón, sino la luz que despierta en lo oscuro del cuerpo, donde sólo habitan las certezas de la sangre. Por esto la prosa de Rosario Sanmiguel es virtualmente poesía. Viaja hacia el centro de las cosas que se revelan, no a través de la explicación de los acontecimientos, sino por el complejo mecanismo de desanudarlos de la naturaleza que les dio origen. La frontera se levanta entre los mismos seres que pueblan esta novela, entre los mismos árboles que crecen en su tierra. Andrea, la protagonista, nunca nombrará a su madre como tal, nunca le dirá mamá, sino su nombre de pila. Una distancia de dos décadas se abre entre ellas debido al abandono de la madre, que llama a su hija para edificar, a través de un proceso de despedida, en su lecho de muerte, la transmisión de una historia en la que arraigaron la ensoñación y la tristeza. A esta frontera emocional, en la que se hace un hueco de lenguaje, suceden otras. Al candelillero, padre de la protagonista, le sucede a la inversa. De el no conocemos el nombre, sólo su oficio, que detallará la voz narradora ahora sí, llamándolo padre, con una precisión y una objetividad desgarradoras. Aquí existe una frontera que genera otro hueco: la de la clase social. El candelillero no tiene nombre, se le conoce por su trabajo, por ser un migrante, un árbol cuya fronda se ausenta, aunque su raíz este clavada en el corazón de la mujer que ama.