Parecería ser que los valores de antes ya no tienen cabida en la cultura actual, como que ha habido un cambio drástico en las formas en las que estamos acostumbrados a ver las cosas. Los avances científicos, manifestados en las nuevas tecnologías nos deberían brindar la oportunidad de disfrutar de más tiempo, ya no para los demás, sino para uno mismo, o el poder apreciar, contemplar y reflexionar sobre las cosas contundentes, pero al no considerar toda esta dimensión tan propia de nuestra naturaleza, nos vemos inmersos en un laberinto existencial, que en muchas ocasiones nos lleva a vivir en una forma carente de todo sentido, ya que el día a día es como una carrera que nos lleva a desvivirnos de manera exagerada en lo que realmente es superficial, siendo verdaderamente superficiales en las cosas esenciales de nuestra vida. Darnos una oportunidad para ver nuestro interior y evaluar si la armonía que pretendemos en nuestra vida exterior coincide con la construcción de mi interior. Para ello esta obra invita al lector de una forma sencilla a realizar una introspección y evaluar una alternativa para construir una vida matizada de valores universales que podamos ejercitar por medio de hábitos constructivos.