Aunque los adolescentes nunca han sido iguales, pues no es lo mismo el rock and roll de los sesenta que el heavymetal de tu generación. Y aunque tampoco es lo mismo hablar del primer amor color de rosa, ese de puras cajas de choco?lates y muñequitos de peluche, que de autentica y efectiva primera relación sexual, hay algo que si tienen en común los adolescentes de todas los tiempos: todos -en mayor o menor grado- se sienten incomprendidos por los adultos, todos están estrendo la vida y, por fin, no tienen que estar pegados a las faldas o los pantalones de algu autoridad. Como tú bien sabes, y los autores de estos cuentos también, ser adolescentes es estar casi libre del proteccionismo paterl, porque, por mas vigilado que lo tengan en tu casa.