Cuando empecé este diario tenía clara una cosa: iba a contarlo todo: mis momentos divertidos, pero también tristes. Lo bueno y lo malo que me pasaba. ¡Y así lo hice!
Nunca imaginé la cantidad de sorpresas que me tenía preparada la vida.
Ahora, después de varias páginas escritas entre lágrimas y sonrisas, solo puedo estar segura de que ningún sueño es imposible si se desea con todas las fuerzas. Gracias por acompañarme en este camino.
