Al termir la Segunda Guerra Mundial, a mediados del Siglo XX, los profesioles de todas las especialidades se encontraron, súbitamente, ante la enorme tarea de reconstruir ciudades y ciones enteras, utilizando las tecnologías perfecciodas durante los tiempos de guerra, y aplicables ahora a actividades no bélicas. Entre estas tecnologías progresaron especialmente las comunicaciones y los transportes, aplicando en ellos la electricidad en u de sus ramas, que se llamó electrónica. La profesión contable no podía ignorar estos progresos y ha logrado aprovecharlos, tanto en labores puramente de registro con-table, como en actividades normalmente encomendadas a contadores públicos independientes, para la supervisión y fiscalización de las transacciones, registradas en la contabilidad de sus clientes.