Seguro que muchas veces, escuchando a tu padre o a tu madre decirte ?¿Lo ves? Te lo dije...? has jurado sobre lo más sagrado que nunca le dirías algo así a tus hijos. Y también es más que probable, que cuando empezaste tu carrera profesional y te encontraste con un jefe déspota que solo se escuchaba a sí mismo, te prometiste que tú ibas a ser distinto. Tú serías más conciliador, sabrías buscar lo mejor de cada persona y ponerlo en valor. Pero pasan los años y muchas veces nos encontramos repitiendo los mismos patrones de conducta, nos dejamos llevar por la presión, los nervios o el mal humor. Nosotros que nunca íbamos a ser así... En cambio, hacemos muchas cosas bien en casa, con nuestros hijos, en su educación y acompañamiento. ¿Por qué no aprovechar ese aprendizaje en el entorno laboral? Y en el trabajo, somos muy eficaces en numerosos aspectos, tenemos unas determinadas capacidades que también podemos utilizar para mejorar nuestra labor de padres, porque ser buen padre puede darte herramientas muy útiles para ser buen jefe y viceversa. Este libro muestra dichas herramientas y las claves para aplicarlas de forma sencilla.
