Henrik Ibsen, dramaturgo noruego, estremeció los convencionalismos de su época. Casa de muñecas, publicada y representada en 1871, es hoy tan subversiva como entonces. En una sucesión de diálogos y escenas brillantes asistimos a un momento clave de la vida de Nora, su protagonista. Por un concurso extraordinario de circunstancias ve con claridad dos destinos posibles: la resignación a ser vejada por el marido, y la posibilidad de desafiarlo con todo rigor.