Catalina llega un día al colegio malhumorada y triste. Nadie sabe por qué se enfada tanto y en seguida rompe en llanto por los motivos más insignificantes. Pero sucede que sus padres se están separando y Catalina está horrorizada ante la posible desintegración de su familia. No obstante, casi sin darse cuenta, Pipe, Laurita, Nico y otros amigos diseñan, junto con Catalina, una curiosa estrategia para sobrellevar este duro trance y asimilar el hecho de ser hijos de padres divorciados.