Esta obra es el Resultado de las experiencias de la autora al haber sufrido violencia doméstica en carne propia cuando se caso, como todos los recién casados, conocía los ataques de su esposo, pero penso que en un ambiente armónico y mas estable y con respetabilidad, el cambiaria y reprimiría sus ataques de violencia. La realidad fue que esta situación se recurrió. La esposa comenzó a sufrir ataques físicos que progresivamente iban volviéndose mas encarnizados y dejan huellas en su rostro y en su cuerpo. Cuando se separo de su esposo, a pesar de tener tres hijos, se dio cuenta de que mientras vivió en esa situación de violencia, le resultaba imposible percatarse de hasta donde había llegado y lo que fue capaz de soportar, pues según explica, cuando una mujer se encuentra en una situación así, generalmente se siente culpable de provocar al marido y aunque no encuentra la razón, oscuramente, de manera vaga, creen de verdad que ellas son las causantes de sus padecimientos.