El espíritu de la presente Exhortación es dinámico, fuerte, responsable y socialmente comprometido con el Evangelio. El Papa Francisco hace una clara invitación a la juventud y a todo el pueblo de Dios a seguir soñando en otro mundo posible. Expresar en todos los sentidos el amor de Dios, la fraternidad de Jesús y el compromiso entre todas las personas son solamente algunas pistas que podemos encontrar en sus páginas. La Iglesia necesita del entusiasmo, la fe, las instituciones y la visión de la juventud.