Poeta de desconcertantes imágenes modernistas, pianista en casas de mala reputación, actor de cine, galán que no cautivó con su rostro, sino con su estilo... Ello y más fue Agustín Lara, > que ció en Veracruz y se convirtió en mexicano universal. Sus canciones pertenecen a los emorados: sirven para emorar y emoran. Pocos artistas en el México moderno han impactado el gusto universal como Lara. Su eco se encuentra en el canto que se cantó, se canta y seguirá cantando en la gran música del mundo. El cancionero de sus cien mejores canciones es el ramillete con el que lo festejamos y, con él, a toda la música mexica. El repertorio que tiene entre sus manos es u parte de la obra prolífica del maestro. Su extenso catálogo cuenta con otros títulos de canciones de importancia y belleza. Este volumen es sólo u muestra hecha como sincero homeje para conmemorar su talicio, recorrer sus págis es sumarse a la fiesta sonora de Agustín Lara que nunca termi. Incluye un CD con veinte canciones, especialmente realizado para esta edición. En las voces de: Toña ´La Negra´, Pedro Infante, Consuelo Vidal, Elvira Ríos, María Victoria y Rebeca, entre otros.