En esta edición se han incorporado los nuevos registros, trasvases a CD y reediciones más destacados de los dos últimos años, cerrándose el plazo de admisión en diciembre de 2000. Muchas grabaciones nuevas se han visto excluidas ante el hecho de que, a juicio de los críticos más autorizados, no modifican en absoluto la discografía. Por el contrario, algus (lamentablemente pocas) reediciones de interpretaciones señeras han venido a cubrir los huecos que se denunciaban en la anterior edición de Clásica. Nos felicitamos por haber situado en su lugar aquellas grabaciones no trasvasadas a CD que merecieran un lugar de honor (las sinfonías de Prokoffiev por Svetlanov, las de Sibelius por Barbirolli), pero es triste constatar que muchas interpretaciones de genio siguen vagando por los procelosos sótanos de las discográficas desmemoriadas. Otra propuesta de Clásica consiste en elegir las recomendaciones de tal modo que de da haya que arrepentirse en el futuro, para así evitar destror interpretaciones que deben ser reemplazadas por nuevas. Con este proceder se busca asegurar el imprescindible conocimiento de las interpretaciones que podríamos calificar de clásicas, el legado de los grandes artistas, un patrimonio cultural ineludible.
