Clínica propedéutica es el fruto de toda una vida dedicada a la docencia. A partir de la lectura y relectura de obras clásicas sobre el tema, fue como nació la presente obra, a la cual el autor quiso darle una orientación diferente, basada en las principales preguntas que el facultativo debe hacer en cada síntoma para lograr una buena semiología.áCuando el médico se encuentra por primera vez con su paciente, se le presenta ante sí un gran reto que debe enfrentar y resolver, ya que hablar con el enfermo para extraerle la información que necesitamos, es un asunto difícil, muy diferente de cómo se presenta en los libros; en principio, puede haber inseguridad.áLa exigencia del método, considerada a la vez necesaria e insuficiente, hace que el primer encuentro enfermo-médico sea discrepante. El médico debe encontrar las palabras adecuadas, con sentido ´humano´, que abran poco a poco sus potencialidades interiores que están como semillas, y que solamente se abren ante el desafío de nuevas situaciones, entendiendo los nuevos tramos del camino, sin quitarles la originalidad propia.áSi reflexiona un poco, el médico puede entrever quizá el valor agregado que encierra cada palabra, percibir, por así decirlo, una dimensión más alta e iniciar así la posibilidad de autotrascenderse en el método, advirtiendo que los adelantos en el diagnóstico no suplen al cerebro ni al entendimiento, y menos aún, a los sentimientos y al espíritu.