Construido literalmente de sueños, este es un libro al mismo tiempo placentero e intrigante. Placentero por lo que nos cuenta: breves ficciones narradas con una prosa impecable y ligera hasta la transparencia; por el finísimo sentido del humor que, de la mano del absurdo, se pasea entre ellas con toda naturalidad; por las imágenes puras y frescas, con aspecto de recién arrancadas de ese limo entrañable de los sueños, que se nos brindan completamente desnudas de toda intención o sugerencia de sentido, de todo llamado a la interpretación.
Sabiamente intercaladas entre las narraciones de estos sueños soñados a lo largo de 37 años, Ángel Miquel nos brinda ´otras ficciones´: brevísimas piezas ensayísticas que le sirven para discurrir muy libremente sobre el mundo onírico y sus relaciones con la literatura. Y en este contrapunto entre sus sueños y sus reflexiones desempeña una labor de relojero, apretando diminutas tuercas, aceitando finos engranajes y limando hasta la más sutil rebaba de moralismo que pudiera haberse adherido a su prosa. El hecho de que este libro resulte también intrigante se debe en buena medida a esa pureza de la forma que hace de cada sueño una pieza terminada, como un cuento bien hecho o un poema en prosa.
Después de haberlos leído, se queda uno con la clara sensación de haber-los soñado uno mismo. Ana Castaño