Seguramente, aquellos largos días de verano y fines de semana que pasamos con nuestros mejores amigos son los recuerdos más felices de nuestra infancia. Sin embargo, el arte de hacer amigos no se enseña en las escuelas ni se evalúa con exámenes. La obligación de enseñar a los niños a ser buenos amigos recae en los padres, entrenadores y maestros comprometidos que entienden la importancia de inculcar en los niños habilidades sociales amistosas.áCómo ser un amigo, de Molly Wigand, enseña a los niños esos valores que ayudan a tener buenas amistades, como la lealtad, la confianza, la honestidad, y cómo ellos pueden convertirse en buenos amigos para otros.
