Leer un libro, al igual que nacer el ejercicio ce presentarlo, suele ser una labor cuya complejidad está en proporción directa al número de páginas. Prevengo al lector que el ejemplar que tiene en sus manos no es, ni mucho menos, una pieza de fácil lectura y ello no se debe a su autor y si, en todo, a la amplia gama de temas que este trabajo se ha propuesto cubrir. Desde ya y a cambio de la que espero, no resulte ser una persuasiva sentencia, advierto también sobre la recompensa. El lector tiene en sus manos uno de los más completos ejemplares que se puedan encontrar en el ámbito, no solo de la formación para el trabajo sino de la aplicación del enfoque de competencias a la educación en general. En sus primeros cinco capítulos, se encontrará con una investigación que hurga en la historia y lo hace ya desde su inicio con la genealogía de la educación, como en los siguientes capítulos que incluyen un análisis de la perspectiva de Chomsky, prosiguen con la evolución en las interpretaciones del concepto ´trabajo´ desde los griegos hasta el presente siglo XXI, se adentran en el estudio del trabajo y la formación para el trabajo y luego lo particulariza en Colombia desde el período de la conquista hasta la fecha. Como todo estudio que se precie de valer, las perspectivas ideológicas y las líneas de pensamiento del autor translucen permanentemente los contenidos. Ello adquiere mucho valor en la medida en que quienes concuerden y quienes no, con las reflexiones sobre, por ejemplo, el papel de los organismos financieros internacionales o de la cooperación multilateral, tendrán mucha tela de donde cortar para avivar y mantener estas discusiones.
