Un cuento simpático, y muy divertido, en clave de lenguaje de modas, que nos trae un personaje tierno (una cebra soñadora) y su deseo de pertenecer a la manada manteniendo su particularidad. Un cuento sobre la identidad y el grupo, que ofrece una interpretación abierta y que invita a la charla. Con encantadoras ilustraciones y un breve texto informativo, al final, para situar a los niños en el escenario.