No tenía mucho tiempo en el universo de Twitter, y apenas mis ojos se adaptaban a las condiciones de 140 caracteres cuando, por azares del destino lo descubrí, y me causó adicción rápidamente.áMe topé con sus palabras como quien tropieza sin querer con un tesoro y cae al suelo, aturdido. Alcé la vista y lo leí un poco, y su encanto provocó esa avidez en mis ojos por buscar más versos.