Confundimos amor con desconcierto. De allí se derivan desencuentros y conflictos entre parejas que dicen quererse y se reducen a expresar ese cariño con el dictado de su inspiración. Sergio Sinay se rebela contra esa posición y descubre que el amor resulta de una construcción cotidiana sobre bases firmes y sanas, que garantizarán el feliz desarrollo de un vínculo que todos anhelamos. Alejado de especulaciones, Sinay realiza una metódica exploración de esas amorosas condiciones en la que se vale de su experiencia clínica, su formación y su intuición de hombre que sabe querer sin premeditación pero con inteligencia. Su propósito es servir a las necesidades afectivas que enfrentan el hombre y la mujer y encauzar a un estado del alma capaz de mover al sol y las estrellas.
