Desde la época de la reconquista, la ciudad era el punto focal de la historia española. Esto sirvió como puesto avanzado, que marcaba la frontera distante detrás de la cual los colonos podrían cultivar y criar ganado, realidad que no era menos cierta en la historia de Latinoamérica. Cristóbal Colón fundó la ciudad. de Navidad en el Caribe antes de volver a la corte española para anunciar su llegada a las Indias. Hernán Cortés fundó la ciudad mexicana de Vera Cruz antes de caminar penosamente hacia Tenochtitlán en el interior. Francisco Pizarro trazó la ciudad de San Miguel de Piura en la costa norteña peruana en 1532, antes de subir las montañas de los Andes para su profético encuentro con el inca Atahualpa en Cajamarca. Todas estas fundaciones eran las bases y los cimientos iniciales del imperio. Investigadores de ciudades latinoamericanas las han estudiado como instituciones, destacando sus funciones económicas y administrativas. También las reconocen como centros de la religión, arte, arquitectura y la cultura en general. Ninguna reseña regional o nacional puede estar .completa sin remontarse a la historia de la ciudad: cómo se formó, cómo creció, dónde fue trasladada frente a un desastre natural, al ataque, o a los alrededores malsanos, y cómo y cuándo y si declinó. Frecuentemente tales estudios descuidan o no cuentan a profundidad el proceso de lá urbanización y, más importante aún, de la relación entre un centro urbano en desarrollo y su área de influencia.