Los cuentos de Paley se caracterizan por la fusión de las convicciones políticas y las experiencias personales de sus personajes, por la empatía y por la humorística descripción de los acontecimientos que configuran la vida de una gran ciudad. A medida que progresa su obra, nos reencontramos con viejos conocidos, y visitamos lugares donde ya habíamos estado, lo que hace que nos sintamos parte de un mundo lleno de vida, único y dolorosamente familiar.