Cuentos de fútbol empezó como una travesura para intentar que el pensamiento dejara de desconfiar del músculo y esa contribución nos hizo sentir orgullosos porque encontramos la complicidad de admirados autores dispuestos a romper el tabú. Pero los proyectos sólo triunfan cuando duran y los prejuicios sólo se vencen insistiendo.