Los Cuentos de Shakespeare (1807) de los hermanos Charles y Mary Lamb fueron fruto del encargo de un editor, en pleno auge del movimiento romántico, y son no sólo un claro exponente de la recuperación histórica de la figura de Shakespeare sino del mismo interés por la infancia, una edad que hasta el Romanticismo apenas había sido apreciada. Los hermanos Lamb seleccionaron, entre comedias y tragedias, un total de veinte obras y las vertieron en prosa con la intención de que todo cuanto los jóvenes puedan descubrir en estas versiones ?les sea aportado luego, en la edad adulta, por las auténticas piezas de Shakespeare: que enriquezcan la imaginación y fortalezcan la virtud, que les sustraigan toda suerte de pensamientos egoístas y mercenarios, que supongan una lección en actos y pensamientos dulces v honorables, que les enseñen cortesía, bondad, generosidad y humanidad?.