Lo más fascinante de un hechizo es la transformación de nuestra mirada. Lo que antes pasaba desapercibido ante nuestros ojos, de pronto se torna luminoso, amado y significativo. En este trabajo quiero compartir relatos de mujeres bíblicas que cautivaron mi mirada. Propongo para ello un formato a modo de lectura de cartas que recupere el hechizo de sus historias y reconstruya las nuestras, que invoque al equilibrio de la desordenada balanza entre lo femenino y lo masculino. Un conjuro antiguo que aleje a la sexualidad del concepto del mal y al mal del cuerpo de la mujer.áEstas cartas son un pequeño método para el encuentro entre mujeres. Se puede utilizar de manera personal o en pequeños grupos. Trata de provocar dar sentido a los inmensos vacíos que nos presenta la vida cotidiana.á