Detrás de la gran piedra y del pasto, está el mundo en que habito. Siempre vengo a esta parte del jardín por algo que no puedo explicar claramente, aunque lo comprendo. Violeta ríe mucho porque fredcuento este rincón. Eso me parece normal: Violeta me llamaría y no tolero cosas así. Seguro soy desobediente por turaleza. Por ejemplo, hace un rato Humberto me pidió que comiera con orden, sin mordicar aquí y allá. No le hice caso, pero acepto que diga ese tipo de cosas (no por da es mi padre)