Has perdido a un ser querido. Te has quedado con un vacío que no sabes cómo llenar. Lo extrañas tanto, que darías lo que fuera para volver a verlo. Lloras su ausencia, su recuerdo y su futuro truncado, sobre todo si era joven. ´No es justo´, llegas a decir, e incluso puedes culpar a Dios por haberse llevado a tu ser querido.áA veces sientes que este sufrimiento no tendrá fin y que nunca acabarás de llorar. Incluso algunas mañanas no quisieras ni levantarte de la cama porque el peso de tu tristeza te agobia. Sin embargo, no tienes que perder de vista que todo esto es natural cuando se pierde a un ser querido. En tres palabras, estás en duelo. Además de la gente cercana con la que cuentas, además de tu fe, de tu visión de la vida y del recuerdo de tu ser querido, para transitar por este sendero a veces muy angosto, puedes contar con este libro. En él encontrarás ideas, pistas y ejercicios que te ayudarán en la aceptación de tu pérdida. Ojalá te sirva para reparar tus heridas, construir nuevos sentidos y crear un adiós que te permita seguir viviendo.