Desde el área de intersección entre la Filosofía del Derecho y la Teoría del Estado, esta obra proyecta sobre el derecho constitucional fórmulas polémicas y tesis provocadoras en relación con el alcance de la descentralización política y la autonomía territorial y plantea el carácter fundamentalmente político del problema de la organización del territorio, cuya respuesta significa un tránsito de la legalidad a la legitimidad, al apelar a las potencialidades que se desprenden de los vínculos existentes entre democracia y territorio. La relación entre lo nacional y lo internacional ha cambiado sensiblemente en los últimos años. Ha sido superada por otra que, de alguna manera, aparece sintetizada en lo ´glocal´. Frente a esa nueva realidad el autor propone como respuesta un modelo de Estado sustentado en la autonomía local, que construya sus instituciones de abajo hacia arriba. Esa es, a su juicio, la fórmula más indicada para recuperar la legitimidad del Estado, hacer más gobernable la sociedad e incluso evitar un mayor deterioro de la condición del Estado nacional como actor político de la globalización. Para el autor la opción del Estado Autonómico está implícita en la Constitución colombiana de 1991. Sin embargo, no ha sido desarrollada por el derecho legislado ni por el derecho jurisprudencial y el propósito del Constituyente puede naufragar entre la ausencia de estímulos legales, contrarreformas a la Constitución, o desarrollos regresivos de sus normas más progresistas. Se busca aquí contribuir a un debate que reactive el proceso e impulse el tránsito de la descentralización a la autonomía.