¿Y si Monsieur Descartes pudiese encontrarse de nuevo con Monsieur Pascal, como aquella mañana del 24 de septiembre de 1647 en el convento de los Mínimos, en París, y conversar entonces con la elegancia del gentilhomme compagnar y con la agudeza del filósofo que se retira del bullicio y los caminos andados para abrir él mismo también sus propias sendas?áAquel encuentro, al que secundó otro que tuvo lugar la mañana siguiente, se ha convertido incluso en un símbolo para comprender los diferentes caminos que trazó la Modernidad, lo mismo en filosofía que en política, en teología, y en letras, y también como proyecto de civilización. Por eso las razones para considerar a Descartes y a Pascal juntos rueden ser distintas. Pero en todos los casos, su confrontación obedece al hecho de que el pensamiento de Descartes puede ser harto mejor comprendido si se lee en el espejo de la lectura aguda que hace de él Pascal. Y del mismo modo, es indudable que Pascal es un cartesiano en cuando menos dos sentidos: por cuanto que su pensamiento parte y se opone a Descartes, y por cuanto que en varios puntos de su obra llega a identificar a la filosofía con el cartesianismo.áLa aventura de esta obra invita a rescatar la comprensión paralela del pensamiento de estos genios del pensamiento francés del siglo XVII. Se repasan sus posiciones clásicas y se ofrece una lectura que sostiene algunas razones para considerar que en la querella Descartes-Pascal, se halla el trasfondo espiritual de toda la filosofía moderna. Aun cuando también se sugiere en este libro un acercamiento que propone un pascaliano retorno a Descartes y una cartesiana lectura de Pascal, volver a la lectura de ambos puede ayudarnos a comprender nuestro tiempo en el que a la derrota de la fe la acompaña una derrota del pensamiento en favor de una tosca y ramplona credulidad.