A Alice cada vez le resulta más difícil acostumbrarse a la idea de eternidad que la vida de un vampiro conlleva: ¿qué hacer con todo ese tiempo? Y lo más importante, ¿está segura de que quiere compartirlo con Jack? Su creciente inseguridad respecto a Jack, y la cada vez más frecuente presencia de Leif, el licano con el que siente un extraño vínculo, hacen tambalear los principios de la vida de Alice, con imprescindibles consecuencias.