Tras dos años de esperar a un donante compatible, Terry McCaleb se recupera de un trasplante de corazón. Su única meta es reparar el velero al que se ha retirado y dejar atrás sus días como agente del FBI especializado en asesinos en serie. Pero antes deberá resolver un asunto pendiente: el asesinato de Gloria Rivers, la mujer cuyo corazón late en su pecho. Desoyendo el consejo de los médicos, McCaleb se vuelca de lleno en el caso. Un primer análisis de las pruebas lo lleva a creer que se trata de un crimen aislado, pero las piezas del rompecabezas no encajan, y pronto descubre que pese a sus limitaciones físicas deberá enfrentarse a un asesino tan meticuloso como despiadado. Deuda de sangre fue llevada al cine en 2002, en una película dirigida y protagonizada por Clint Eastwood.
