La correspondencia entre Alfonso Reyes y María Zambrano se inició en 1939, cuando el recién nombrado presidente de La Casa de España, recibió u carta de la filósofa española, en la que le informaba que pronto se trasladaría desde Morelia a la Ciudad de México para dictar us conferencias que darían origen a uno de los libros más trascendentes: Pensamiento y poesía en la vida española. Forzada al exilio, María Zambrano escribió textos reveladores bajo la atmósfera áurica de Morelia. Más tarde, Alfonso Reyes la ayudaría a viajar a La Haba. Al amparo de esa ciudad insular, cuyos aires andaluces le recordaban su tal Málaga, escribiría textos estremecedores sobre Europa en guerra, y sería la poesía la que matizara sus recuerdos de aquella época cuba. Durante esos años, Alfonso Reyes escribió no sólo sus ensayos más profundos sobre la poesía española, sino que también, motivado por la situación que se vivía en el planeta, su pluma nos legó u serié de textos reveladores sobre América Lati y su papel en el mundo. El carácter humanista de ambos espíritus tuvo un intercambio en la epístola. Hasta la muerte de Alfonso Reyes, la correspondencia cruzada continuaría estrechando u amistad respetuosa, pausada, pero siempre colmada de preguntas y ávida de respuestas. Estas epístolas nos permiten asomarnos al intercambio de dos pensadores fundamentales que determiron los derroteros de la hispanidad del siglo XX.