Juliana tiene once años y no es una niña como las demás: le gustan el futbol y el rock, y no le importa tener los tenis rotos, siempre que tenga un bajo para tocar con sus amigos del barrio. Estas vacaciones, llenas de la mejor música, la pondrán a prueba y tal vez cambien toda su vida.timientos de amor, amistad y complicidad, el desamparo y la aridez emocionales son mitigados por la sabiduría de otro mundo ancestral, afortunadamente aún latente, aún perceptible.