¿Por qué siempre hemos deseado la relación con Dios? ¿Por qué la conciencia nos involucra inevitablemente en la búsqueda espiritual? En pocas palabras, ¿ Por qué seguimos creyendo? > Este revoluciorio libro explica desde el campo científico cómo el impulso religioso tiene sus raíces en la biología del cerebro. Para sustentar esta conclusión, Newberg y d?Aquili investigaron el funciomiento del cerebro por medio de imágenes de alta tecnología aplicadas a cerebros de budistas en meditación y monjas franciscas en oración. Descubrieron que la contemplación espiritual de intensa concentración deto u alteración en la actividad cerebral que nos lleva a percibir experiencias religiosas trascendentales en términos tangibles. En otras palabras, la sensación que los budistas llaman ´ ser uno con el universo ´y que los franciscanos atribuyen a u presencia palpable de dios no es u alucición, sino más bien u cade de eventos neurológicos observables y, de hecho, fotografiables. La conclusión ineludible es que la experiencia de Dios está conectada al cerebro humano. Los autores profundizan en cuestiones esenciales: si los humanos estamos compelidos biológicamente a la creación de mitos: cuál es la conexión evolutiva entre el éxtasis religioso y el orgasmo sexual: qué revelan las experiencias cercas a la muerte obre el fenómeno de la espiritualidad, y cómo el ritual tiene su propio entorno neurológico. La pregunta central planteada por los autores es: ¿acaso la religión es un mero producto biológico ? O bien, ¿ el cerebro humano ha sido misteriosamente dotado con la capacidad única de alcanzar y conocer a Dios?