Al igual que cualquier otra ciencia, el derecho debe cumplir, como primer requisito, la tarea de formular conceptos, dotar a ciertos hechos de la cualidad de relevantes para agruparlos en determinadas categorías conceptuales y facilitar de ese modo, entre otras cosas, el manejo de la información.áLa presente obra vincula este aspecto del derecho con una corriente central de la filosofía contemporánea: la analítica. Al elegir como tema la lógica y el lenguaje jurídico, su contenido se inscribe en una perspectiva formal, puesto que no se aborda el derecho como tal, sino en tanto que integra un discurso especializado.áPara el autor, Carlos Soriano Cienfuegos, resulta fundamental señalar la existencia de una lengua jurídica especial, propia, distinta de las otras que se emplean en la comunidad lingüística, y explica, desde perspectivas semióticas, cómo se ha originado y cuál es su relación con el sistema de la lengua en general; esto es, si constituye un sistema autónomo o si, por el contrario, resulta simplemente una decantación del lenguaje común.áCon base en lo anterior, al lector interesado le será posible identificar qué elementos distinguen al lenguaje jurídico, cómo está estructurado, qué constantes se encuentran en él, qué rasgos léxicos, morfosintácticos y estilísticos presenta. De esta manera, estará en condiciones de determinar la relación del derecho con su lenguaje, profundizará al repasar las críticas de los que claman por una renovación de la lengua jurídica y valorará la postura de quienes sostienen que tal lenguaje, por ser exacto, representa el instrumento idóneo para trasladar la precisión matemática a la jurisprudencia.
