La apuesta que cruzan don Luis Mejia y el afamado seductor que da nombre a la obra consiste en ver quiean hariacute,a en un año, con mas suerte, mas daño. Pero don Juan Tenorio añade a su lista de fechorias seducir a la joven monja doña Ines y a la prometida de su rival.
Esta historia encierra toda la belleza y los recursos estilisticos del romanticismo español y sigue conmoviendo los corazones de un amplio publico.