E-vocación de un docente remonta al lector a esos dibujos-trazos-proyectos de vida de quienes han tenido experiencias cercanas a la docencia, o que simplemente asistieron a la escuela enclavada en una comunidad. Quién no tuvo maestros como aquellos de los que Federico Alaniz aprendió cómo no ser, quién más puede encontrar en los saberes emanados de su experiencia un referente importante para la práctica docente. Se trata de una obra que refleja la manera en que el autor toma la decisión de constituirse profesor en cuerpo y alma, o mejor dicho, con cuerpo y con alma, y así reencontrarse en una escuela colmada con sonrisas de niños, inquietudes de jóvenes, esperanzas de adultos, sueños de comunidades enteras. Además con este libro se inaugura una temática importante como lo es la autoinvestigación en el campo educativo.