Lloriqueos, berrinches, rivalidad entre hermanos... ¿Te suena conocido? Con la gran cantidad de responsabilidades que enfrentamos hoy como madres o padres de familia, criar un hijo puede muchas veces ponernos los nervios de punta, además de ser una experiencia agotadora. Pero no tiene que ser así. El abrazo que calma y reconcilia muestra la estrategia que provocará cambios profundos en la manera como te relacionas con tu hijo, tu hija -y la manera como él o ella se relaciona contigo. Inspirada en el sorprendente trabajo que la doctora Martha Welch hace con niños y sus padres, la terapia de abrazo es una técnica simple y notablemente eficaz que hará a tu hijo más feliz, más cooperativo, más confiado y menos demandante -además de que acabará de una vez por todas con los problemas de conducta. La brillante investigación de la doctora Welch ha demostrado que abrazar no sólo logra resultados impresionantes con niños normales sino que también puede sanar el autismo profundo. Cuando abrazas físicamente a tu hijo se forma un lazo nutriente que permite que los sistemas bioquímicos de su cerebro se equilibren y alcancen un nivel óptimo para el aprendizaje y el desarrollo emocional.